Mapimí fue fundado hace más de 400 años, en una región en medio del desierto.
En la región del Bolsón de Mapimí habitaban tribus del desierto conocidas como Tobosos y Cocoyomes.
En una temporada, sufrieron un diluvio que parecía no tener fin, por lo que ofrecieron a los dioses el sacrificio de una doncella.
La lluvia cesó, y por ende hicieron subir a la mujer más bonita de su aldea.
Ahora, ella cuida el valle desde el Cerro de la Bufa o de la India, donde quedó dibujado su perfil, y se cuenta que llegará el día en que la copiosa lluvia volverá y habrá que ofrecer un nuevo sacrificio para salvar al pueblo.
Esta y otras son las leyendas que deambulan por las calles del otrora Mineral de Santiago de Mapimí, en cuyas entrañas existieron enormes yacimientos de oro, plata y cobre, que significaron casi tres siglos de prosperidad para el pueblo de Ojuela, fundado en la entrada de la mina del mismo nombre para facilitar la extracción de los metales.
Después de que en 1928 catorce de los veinte niveles de la mina Santa Rita fueran inundados por las aguas de un río subterráneo, la vida de cientos de mineros y la riqueza del subsuelo quedaron sepultados bajo el agua. Durante ocho años la empresa Peñoles, entonces dueña del lugar, intentó infructuosamente de sacar el agua. Diez años después, Ojuela se había convertido en un pueblo fantasma.
Con un clima desértico, Mapimí es un Pueblo Mágico cuya belleza e interés histórico hace que sus visitantes ignoren el incómodo calor y se sumerjan en el misterio y las soberbias construcciones que permanecen en pie después de cuatro siglos de tragedia y prosperidad.
El legendario Camino o Ruta de la Plata, que pasa por los estados de Durango, Chihuahua y Zacatecas, encontró a una de sus estrellas cuando en el siglo XVI Fray Servando de Ojuelos, al mando de una expedición evangelizadora, encontró en la montaña las vetas de la mina de Santa Rita y avisó a la Corona Española para comenzar su explotación.
A partir de entonces se erigieron los poblados de Ojuela y Mapimí, uno en la entrada de la mina y otro al pie de la montaña.
Muchas otras minas fueron descubiertas en la región, como La Colorada, Las Ánimas, San Cayetano, La Soledad, San Ignacio, San Judas Tadeo, Santa Rita y otras, las cuales agruparon una gran comunidad de mineros, que en su mayoría eran indios tlaxcaltecas provenientes de los alrededores.
La mina de Ojuela cuenta, entre sus paisajes una historia rica en minerales, extraños y atrayentes para todo aquel que quiera visitar este pueblo minero tan interesante: Mapimí.
Fuente: Pueblos de México