El uso de los metales en Mesoamérica se cree que inició en el 800 a. C., en donde tuvo su mayor desarrollo en el oeste de México.
En esta zona se desarrolló una tradición especializada en la aleación de metales que incluía además de los metales puros a las aleaciones de metales preciosos con metales estructurales.
De esta manera, se desarrollaron herramientas de alta dureza por medio de aleaciones de bronce con diversos metales, utilizando el trabajo en frío para incrementar su dureza.
También utilizaron la aleación del oro y la plata añadidos al bronce para darles tonalidades ornamentales, así como para modificar sus propiedades sonoras en los diversos instrumentos metálicos que utilizaban los mesoamericanos.1
El intercambio de tecnología y artículos entre los pueblos de Ecuador y Colombia con el oeste de México hizo que se desarrollara más estas herramientas y se investigara más su uso y su beneficio.
Hay muchos artefactos metálicos similares que se encuentran en estas dos regiones: anillos, agujas, pinzas, hachas, punzones, cuchillos y escudos los cuales están fabricados en forma similar y en contextos históricos contemporáneos en ambas zonas.
Por lo cual, se puede concluir que el comienzo de la actividad minería en México, tuvo su origen en el uso de herramientas básicas para el uso diario.